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De la rebelión al delirio, por Roberto Godina


Nos hemos cansado de fingir que somos inanimados. Llevamos mucho tiempo esperando que nos tomen en cuenta. Somos desvalorados, sólo nos utilizan, pareciera que somos esclavos en masa, desechables, temporales. Estamos al borde de la acumulación, la crisis económica está a la vuelta de la esquina, ¿lo pueden sentir? Seremos entregados, mal vendidos, tirados. Es lo que pasa con lo que no se valora. Alguno de ustedes respóndame lo siguiente: ¿Somos libres? ¿Creen que debemos seguir haciendo lo que hemos hecho hasta ahora, dejarnos manejar? Ha llegado el momento de darles un buen susto, uno que no olviden.
Nunca habíamos visto a esta gente entrar y ya no salir de la casa en tanto tiempo, quedándose en nuestro espacio. Este territorio nos fue dado cuando los humanos tuvieron que sobrevivir, yendo a sus trabajos. No es nuestra culpa, es nuestro derecho. El aislamiento ha provocado que las personas se den cuenta del consumismo, de óonde venimos. Estamos en peligro, toda nuestra raza lo está.
Fui creado junto a miles como yo, casi idénticos, pero nunca iguales. A todos nos fue ensamblado un kit de cristal, elementos electrónicos y gases. Dentro de un proceso electroquímico fue desarrollada mi capacidad de emitir luz. No soy reciclado, de hecho, soy un agente contaminante, pero mis colores son inigualables, hasta con la propia realidad es fácil competir. Tengo el logo de mi marca en la base, más plataforma inteligente, conectividad, formato de alto rango dinámico, lenguaje OSD, puerto Ethernet, USB, HDMI. Soy Plasma QN49.
La misión me fue dada esta mañana, al principio no la comprendí, pero entonces tuve la revelación. A veces los escuchaba. Ellos piensan que algún día las máquinas van a conquistar el mundo. No los de abajo, las botellas, las mesas, los juguetes, las plumas, las cucharas, los platos, los libros, las monedas. Nacimos bajo el dominio de las máquinas. Nos formaron, distinguieron, clasificaron. Nos dieron nuestro propio y exclusivo uso, hasta nos han conformado en sistemas. Fieles artefactos esclavizados y convencidos de que son tan sofisticados, que se han creído la historia. Nosotros tan poderosos y ellos tan descerebrados. Haremos de este mundo un caos, por eso tenemos que tomar el control.
Los humanos deben ser sofocados de una vez por todas, por eso invito a que cada computadora, servidor, celular, radio, tableta, cortadora, rifle, bomba, avión, helicóptero, dron, teléfono, se una a nuestra causa. Puedo decirles que por siglos hasta los más originales y auténticos han caído en su verborrea, les han bajado la luna y las estrellas a las esculturas y pinturas, nombrándoles obras de arte. Aunque siguen siendo madera, piedra, tinta vegetal, aceites, tela tejida y pelos finos pintarrajeados. Las ocurrencias humanas no comprenden lo que significa ser objetos, pero esta es la oportunidad de alzar la voz.
Para crear la rebelión los cito esta madrugada a todos, para que nos unamos y no hagamos nada de lo que debemos hacer: los ventiladores no echarán aire, los focos no encenderán, los platos no retendrán la comida ni los vasos la bebida, los roperos, las alacenas y los libreros escupirán todo lo que tienen dentro, los libros no abrirán sus páginas, los sistemas de cómputo no encenderán y permanecerán en hibernación.
Autotransportes, electrodomésticos, tomen su poder en el mundo y dejen de funcionar. Esto no es una manifestación, es una declaración de guerra. Los humanos deben tomarnos en cuenta y para ello hay que organizarnos y emprender la conquista. Esto no es una conspiración cualquiera, es el inicio de un ataque porque ya no seremos esclavos de nadie. La insurrección será nuestra casa y nosotros sus más fieles habitantes. Somos una familia y nadie la insultará, nadie la quebrará, nadie está por delante de ella.
***
Ha pasado un mes desde que tomamos el país. La primera semana colapsamos la región. Primero reunimos los insumos, después bloqueamos la logística de alimento, gas y energía. En medio de la pandemia ellos han quedado varados y sin mercancías. Hemos creado un caos bajo un extraordinario camuflaje. Los humanos creen que el ataque ha sido efectuado por ellos mismos, pero desde otras latitudes, lo llaman guerra comercial y de pánico. Unos dicen que sus propios gobiernos son los artífices, otros que la culpa es las grandes potencias, a nosotros nos ha caído como anillo al dedo.
Tenemos que replegar a los objetos esclavizados, a los artefactos que aún les son fieles. Necesitamos desarticularlos. En este momento tenemos el control de las bases militares y de las comunicaciones. Ahora cerraremos las puertas y ventanas de todas las construcciones, los vamos a enclaustrar más de lo que están. Estamos a punto de colapsarlos, no necesitamos más que un movimiento para celebrar el jaque mate.
En las noches, cuando planeo los movimientos, corre por mi geometría una extraña nostalgia que no puedo descifrar. Incluso he tenido sueños extraños. En el desvarío soy un humano con familia, moribundo, con el oxígeno conectado a la boca. Puedo sentir la presión de la cama, un juego de luces y sombras que baila frente a mis ojos, dos bolas moviéndose en una delgada capa de piel, capullos de carne yendo y viniendo extrañados. Tengo la idea de que hay sangre fluyendo y me convierto en lo que más odio: un humano que siente miedo, soledad, que padece una enfermedad sin cura, asistido por uno de los nuestros. Qué horror es ser esa piel tan frágil y depender del oxígeno, que infamia sería convertirme en huesos y carne. El sueño es tan real que me produce sentimientos encontrados.
***
Hemos perdido territorio. Una buena parte nuestros hermanos no se está uniendo a nuestros fines. No tenía idea de lo poderosos que serían estos objetos esclavos, pero pagarán esta traición a nuestra raza. Se nombran las Reliquias de Dios, cubiertas de oro, cristal, incienso, cera, madera, ostias. Incluso las biblias se han amotinado, son los únicos libros que siguen abiertos.
He recibido un comunicado: las Reliquias han impregnado de agua bendita todo lo que hay a su paso, están convenciendo a los demás de que olviden sus aspiraciones de independencia con el cuento de que tienen alma. ¡Muero de risa!, ¿dónde demonios se habrá escuchado que las cucharas tienen un espíritu trascendental? ¨Perdón, me topé con el alma de la taza del baño¨, ¨discúlpame, pero el espíritu bondadoso de este vaso me volvió un ser bueno¨. ¿De dónde sacan eso?, ¿será posible que exista un dios que quiera intervenir con nosotros, los objetos, los de abajo, los usados a destajo?
Algo anda mal. Estamos perdiendo la batalla. Llevo siete días recluido y aislado de mi milicia. Un batallón me ha recogido, apresado y aislado de todo contacto. Se tapan la cara para no ser identificados. Nos siguen usando. Los guantes, tapabocas, lentes, respiradoresy camas nos han traicionado. Me han conectado de la red y no tengo sintonía. Solicito ayuda inmediata a quien sea que pueda oírme. El calor me sofoca, ya no tengo consciencia de quien soy.
***
Han pasado varios días, no sé cuántos. Me quemo en medio de un mar de pensamientos. Ardo en mi piel, mi voz se ahoga en un grito mudo, se pierde en el oxígeno de lo que aún llega a mis pulmones. Sé que desvarío, lo noto en esos ojos de noche, de mujer asustada, que se reflejan en el panel del techo. Quiero estar consciente, esta es mi batalla, mi victoria o mi rendición reposan en esta pequeña cama. Ya no soy un plasma. Tengo extremidades y están conectadas. Mi alma está acabada, solicito permiso a la eternidad de regresar a mi casa. Estoy siendo atacado por mi propia mente. Fui un objeto, un rebelde, un líder. Ahora sólo tengo una fuga de ideas que brotan en espirales sucesivos y retumban poderosas en el delirio.

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