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Mostrando las entradas de julio, 2020

Unos labios rojos y una copa de clericot, por Alejandra Ojendi

Es domingo. Casi mediodía. El sol de abril penetra sin remordimiento por la ventana. Mi panza gruñe. Tengo sed. Mi boca desprende un desagradable olor a alcohol. Por lo menos logré dormir un rato de corrido. Con el mismo pensamiento que me fui a la cama, desperté. ¿Lo que pasó con Sofi fue realmente un accidente o fue algo que hice a propósito?   Lloró. No sé si por vergüenza y por el coraje o porque de algún modo descubrió esos sentimientos que a veces guardo hacia ella, los cuales tienen su origen en pensamientos que quisiera enterrar en lo más subterráneo de mi mente para que nunca vuelvan a salir. Lloró, aunque increíblemente las dos o tres lágrimas que soltó fueron incapaces de arruinar su maquillaje. Se contuvo para no decirme algo más, algo así como “no seas pendeja”. Celebrábamos mi cumpleaños y lo único que salió de su boca fue un “¡fíjate!”. No quiso arruinarme la fiesta. Lo mejor hubiera sido que me insultara y que me gritara. Así por lo menos se hubiera desquita