La mesa está servida. Mamá se enfada porque Miranda y yo nos reímos como cómplices. Nos pregunta por qué la risa. —Es cosa de gemelos. —Le digo. Miranda siempre se levanta en la noche. Mamá dice que es sonámbula y que debo ayudarla a regresar a la cama. No sé qué hora es, pero me levanto para acostarla. Mañana tenemos que prepararnos temprano para ir a la escuela. Al día siguiente papá nos despierta con regaños porque no le gusta llegar tarde a su trabajo. Mi hermana y yo tenemos que estar listos a tiempo. Yo no batallo para levantarme y casi brinco de la cama, me apuro para ponerme el uniforme y cuando termino paso por la cama de mi hermana y le pego una patada al colchón mientras me río. Ella se levanta enojada. Poco después nos encontramos desayunando cereales de colores. Papá come como si estuviera en un concurso de comida de la feria de la ciudad, de esos en los que gana el que come mucho y rápido. Mamá nos da nuestras loncheras. Después papá nos lleva a la escuela y yo
Sitio de creación literaria del Seminario de Literatura Francisco José Amparán