Ir al contenido principal

LETANÍA DEL CERDO DE BABEL, por Sylvia Georgina Estrada


En su conferencia sobre la literatura fantástica, impartida en 1967 en la Escuela Camillo y Adriano Olivetti, Jorge Luis Borges recuerda una de sus obras más significativas: el Manual de zoología fantástica.
“Yo compilé hace tiempo un libro titulado Manual de zoología fantástica, es decir un libro dedicado, no a los animales comunes, sino a los animales fantásticos. Ya que estos animales se crean por arte combinatorio, ya que en el centauro, por ejemplo, se conjugan el caballo y el hombre; en el minotauro, el hombre y el toro; en el dragón, la serpiente y el pájaro, pensé que el número de animales fantásticos sería virtualmente infinito”.
Cuando me di a la tarea de escribir el texto para la plaquette Qué es un cerdo de Babel, Apuntes XV aniversario, de inmediato pensé en el autor argentino, en el catálogo de bestias que propone y que puede ser tan infinito, tanto como los autores que se animen a participar en él.
Como bien apunta Ramiro Rivera en el texto con el que inicia la publicación editada por Jerónimo Valdés y Sergio Castillo, harían falta muchas páginas para reunir todas las hipótesis que se han planteado sobre lo que significa el nombre del animal consentido de Saltillo: El Cerdo de Babel. Al menos, aquí se lograron reunir 40 páginas con propuestas variopintas, algunas muy divertidas, otras llenas de referencias, unas más que se pueden entonar con música de fondo.
Como los manuales de bestias fantásticas que han visto la luz gracias al imaginario humano, estos Apuntes se han nutrido gracias a personas con diferentes aficiones y oficios. Todos unidos por el cariño al bar enclavado en el callejón Ocampo.
Inspirada en los textos de los 27 autores y ocho ilustradores que participaron en la publicación, di forma a esta letanía sobre lo que significa El Cerdo de Babel:

Jabalí coronado
Fogata sobre la mesa
Refugio de la tormenta
Verso para cantarse
Carne de 50 sabores
Laboratorio esotérico
Asilo de almas perdidas
Torre de diez mil pisos
Nieto de Zeus
Deidad caprichosa
Santo patrono de los beodos
Virus del África subsahariana
Cimiento de la torre
Fórmula alquímica
Manjar mestizo
Mito de la desmesura
Proporción áurea
Bestia generosa
Amante del sexo y el exceso

Estos Apuntes son una suerte de oración dialogada compuesta por súplicas, cantos, invocaciones y la imaginación de las personas que hemos convertido a esta taberna en nuestra casa de oro, refugio de los pecadores y consoladora de los afligidos.


Comentarios

Entradas más populares de este blog

SOLDADOS MUERTOS, por Julián Herbert

Conocí a William Ricardo Almasucia –no quiero saber si tal era en verdad su nombre– una noche de viernes, jugando dados en la cantina de Esperanzas. Yo me escapaba de los soldados de Maximiliano luego de envenenar a tres de sus tenientes, pero me había parado una semana entera en ese pueblo de camino donde nadie resulta demasiado sospechoso. Me hospedé en una casa donde, a cambio de moneda juarista, daban aposento y viandas a aventureros y vendedores ambulantes como yo. Durante mi última noche en aquel jacalerío, entré a la cantina con la intención de tomar suficiente sotol como para soportar la marcha rumbo a la frontera en medio de la madrugada, oculto entre los trebejos de un guayín de arrieros. Cuando iba a ordenar, se me atravesó la voz del hombre: –Eh, tú, el del maletín. ¿Qué guardas: dineros o menjurjes? Me volví; pensé que se trataba de un jornalero borracho. Me topé con un oso rubio de dos metros de altura, un gringo que mascaba bien el español. –Son insectici

ESTACIONES, por Sylvia Georgina Estrada

1 En las tardes veo al chico que me gusta comemos paletas de limón sentados bajo un nogal en el fondo del patio. Cuando lo beso su boca no sabe dulce ni amarga y no sé cómo descifrarlo. 2 Todos los días el chico que me gusta me manda una canción a veces dos. Siempre busco las letras sé que hay en ellas un mensaje oculto para mí aunque a veces no lo encuentre. 3 El chico que me gusta me llevó a su casa jugamos a contar historias le dije te amo pero no era cierto. Quería mostrarle decir que sí que yo tenía un corazón. 4 ¿A dónde iremos ahora? A un lugar donde haga frío respondió el chico que me gusta. Le compré gorros y guantes un termo para el café. Mis obsequios no llegaron a sus manos. Primero cambió de teléfono después de barrio finalmente dejó la ciudad.

En busca de perdón, por Luis M. Alvarez

El teléfono sonó a las tres de la mañana. Estaba despierto. Ya eran varias semanas que intentaba dormir de corrido y no podía. A duras penas conciliaba el sueño a ratos y casi siempre durante las mañanas. El día anterior había sido muy difícil para mí. La persona que me llamó no entró en detalles, me dijo lo esencial y colgó. — El motivo de mi llamada es para informarle que su mamá acaba de morir. Me quedé con la bocina en la mano, tratando de digerir la noticia. La relación entre ella y yo nunca fue cordial, peleábamos todo el tiempo por cosas sin importancia. El único factor integrador entre nosotros fue mi padre. Él moderaba las discusiones y trataba de que ambos saliéramos ilesos de nuestras diferencias. Hasta que un día, en medio de una de esas confrontaciones, él tuvo una crisis de salud y murió dos horas más tarde en su cama. El doctor que llamé para que lo atendiera llegó cuando ya no había remedio y solo sirvió para dar fe del deceso. Desde su juventud, mi padre venía