Cruzando el Túnel Ogarrio, iluminado
apenas por algunas lámparas, con las sombras de las paredes haciéndote dudar de
tus sentidos, se extiende Real de Catorce: un antiguo pueblo minero en la
sierra antes llamada el Astillero.
Con dos iglesias en menos de un
kilómetro cuadrado, se genera un interesante sincretismo entre las tradiciones
huicholes que aún se conservan y el catolicismo, sumándole el asombro que se
busca provocar en los turistas, locales e internacionales por igual, de forma
que es posible comprar recorridos a los campos de peyote, peyotitos secos de
recuerdo y otras hermosas artesanías.
Si le preguntas a cualquier persona
del lugar, te dirá que es católico, creyente de la Virgen. De la Purísima
Concepción en particular, ya que a ella se dedica la devoción en su parroquia
principal: una pequeña imagen de María inmaculada vestida de celeste, con un
manto de estrellas y la luna a los pies.
Lo más interesante de la parroquia
no está en el altar, con la Virgen o el crucifijo de fondo, lo que
verdaderamente atrae a los fieles está en el ala derecha: un cristo alto, con
un sudario rojo de terciopelo, sudando sangre y con una corona de espinas
reales. Su cabello es natural, se dice que se lo cortaron a un ladrón que
lincharon hace ya mucho tiempo, pero de eso no hay registro. Sus ojos de
cristal expresan el dolor de todos los pecados del mundo. Es a él a quien de
verdad le rezan los fieles, la gente que vive en Real y quienes ahí trabajan.
Hay algunos turistas que eligieron este
destino vacacional para visitarlo, para rezarle a ese Cristo. Y es que dicen
que es milagroso, que sana, que cura. Que si le pides un milagro y le rezas con
devoción te lo cumple. Sólo es cosa de tener fe.
Prueba de esto, son los milagritos.
En su manto, rojo como la sangre derramada en la cruz, hay colgados una
infinidad de alfileres con bebés, niños, bracitos, piernitas, corazones,
casitas, gente hincada en rezo. Cada uno es un ruego. Cada uno, la evidencia de
un milagro que ese Cristo completó.
También hay algunas notas clavadas
con alfileres.
“Dios PORFAVOR ayudanos a encontrar
el dinero que nos dejo la abuela. Ella dijo que estaba en la casa, escondido,
pero no dijo donde y cuando se murio no nos dijo donde y no sabemos donde esta
y tengo al niño enfermo y ya no nos alcanza para las medisinas. Ella fue una
mujer muy buena pero muy abara, por favor ayudanos.”
“Te pido DIOS qe me ayudes a qe mi
ija se le qiten esas hideas de la cabesa, ella tiene que cazarse con un hombre
bueno, santo, que probea, no con su amiga, no vivir con una hamiga como ella
quiere, eso es un capricho y es del DEMONIO.”
“GRACIAS por el favor recibido.”
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